Lo que no fue: García Granero

Nombre completo: Juan José García Granero
Fecha de nacimiento: 26 de abril de 1981
Lugar de nacimiento: Madrid (España)
Altura y peso: 1'79 m, 69 kg
Demarcación: Interior izquierdo
Lateralidad: zurdo
Internacional: España sub-20

TRAYECTORIA PROFESIONAL
1997/98 - Zaragoza - Liga Nacional Juvenil - 20 partidos, 3 goles
1998/99 - Zaragoza - División de Honor Juvenil - 23 partidos, 2 goles
1999/00 - Zaragoza - División de Honor Juvenil - 28 partidos, 7 goles
2000/01 - Zaragoza B - Segunda división B - 34 partidos, 3 goles
2001/02 - Zaragoza B - Segunda división B - 9 partidos, 3 goles
2002/03 - Zaragoza B - Segunda división B - 29 partidos, 4 goles
2003/04 - Elche - Segunda división - 30 partidos, 3 goles
2004/05 - Zaragoza - Primera división - 4 partidos, ningún gol
2005/06 - Xerez - Segunda división - 28 partidos, 1 gol
2006/07 - Xerez - Segunda división - 1 partido, ningún gol
2006/07 - Vecindario - Segunda división - 12 partidos, ningún gol
2007/08 - Ionikos - Segunda división - 27 partidos, 1 gol
2008/09 - *sin equipo

Lo que pudo ser y, como pasa con muchos futbolistas, no fue. Juanjo García Granero se formó en las categorías inferiores del Real Madrid, siendo, además, internacional, aunque ya a los 16 años recaló en el Zaragoza. Con la selección nacional sub-18 conquistó la Meridian Cup de 1999, junto a jugadores como Iker Casillas (Real Madrid), Mikel Arteta (Everton), Vicente (Valencia) o Julio Álvarez (Almería), siendo el lateral izquierdo titular.

En el club aragonés era considerado la gran perla de la cantera. Y en su primera temporada en el equipo filial fue la auténtica estrella, jugando como lateral izquierdo -aunque el cuerpo técnico siempre lo consideró interior-.

La temporada siguiente, cuando parecía que podía entrar en el primer equipo de la mano de Txetxu Rojo, sufrió una grave lesión rompiéndose los ligamentos de la rodilla, por lo que estuvo prácticamente todo el año en el dique seco, algo que truncó su rápida progresión.

Su segunda oportunidad para dar el salto vino en la pretemporada 2003/04 que realizó a las órdenes de Paco Flores, donde fue la auténtica revelación del equipo aragonés, encandilando al propio técnico. Si bien teniendo por delante a Sávio como indiscutible, prefirió cedérsele a un conjunto de Segunda división, el Elche, y renovar al veterano Martín Vellisca, en lugar de darle la oportunidad.

Incluso, cuentan que Gaby Milito, que quedó asombrado con su calidad y dijo de él que "si jugara en Argentina ya estaría consolidado desde hace años", trató de interceder para evitar su cesión.

Y su estancia en el conjunto ilicitano fue una pérdida de tiempo. Se había hecho un equipo a golpe de talonario, con ilustres veteranos como "El Toro" Acuña o Goran Đorović, pero el equipo fracasó estrepitosamente. García Granero, que había comenzado muy bien la temporada, se fue diluyendo como el resto, y el Elche, especialmente con la llegada de Ruggeri como entrenador a mitad de temporada, fue dejando fuera del once titular a quienes estaban cedidos -muchos de ellos acusados de "pasotismo", incluido Juanjo-.

Al año siguiente regresó al Zaragoza, volvió a realizar una buena pretemporada, ya con Víctor Muñoz como técnico, pero no contó con ninguna oportunidad durante la campaña. Por tanto, terminó contrato y emprendió rumbo al Xerez, donde tras una temporada irregular perdió el puesto. Terminó en el Vecindario, un equipo abocado al descenso. Después, ante la falta de ofertas interesantes, decidió probar en Grecia, en el Ionikos, pero tampoco debió de irle demasiado bien, pues ahora mismo se encuentra sin equipo.

Se trata de un interior zurdo bastante completo. Sobresaliente en el aspecto técnico, tanto en control y conducción como en golpeo. Le gusta encarar y desborda bien llegando hasta la línea de fondo, tiene un guante para poner centros muy precisos -su mejor virtud- y también va bien a balón parado, siendo, además, un jugador rápido. Por contra, en ocasiones parece algo frío e indolente, aunque se muestra agresivo cuando quiere recuperar el balón, y es bastante irregular -como todo jugador de talento-. También se le ha achacado en muchas ocasiones la falta de practicidad en su juego, complicándose en exceso la vida en favor de la estética -algo que, por cierto, recriminan con frecuencia muchas aficiones de equipos de Segunda división y categorías más bajas-.

En definitiva, Juanjo tenía todas las condiciones para haber sido un gran futbolista. Entre su inoportuna lesión, la falta de confianza y, según dicen, su poca implicación o excesivo ego, terminó quedándose a medio camino. Seguramente, si se tratara de un futbolista deficiente técnicamente que se vacíara cada partido -independientemente de su acierto- tendría mucha más confianza por parte de los técnicos, que, a mi juicio, muchas veces olvidan que es la calidad la que acaba decidiendo partidos, aunque haya que tolerar su inevitable inconstancia.

Una lástima. De todos modos, le deseo toda la suerte del mundo a Juanjo, que encuentre el equipo apropiado y que vuelva a disfrutar del fútbol muchos años -y con él, los aficionados con buen paladar-.